jueves, 19 de marzo de 2009

La vida de Moses (el ángel caído) cap. 5

El coche giró a la derecha y Moses decidió que aparcaría un poco más adelante para no parecer sospechoso, dejó la moto en una calle paralela a la casa de los Ruíz y se dispusó a entrar en la casa, pero ¿con qué excusa pediría hablar con el pequeño? No le dejarían pasar, un desconocido medio arapiento, no imposible! necesitaba que el niño saliese a jugar al jardín trasero de la casa si quería hablar con él.
Espero toda la tarde, pero Benjamín no apareció.
Estaba anocheciendo y ni rastro del pequeño, las cosas parecían más complicadas que como las imaginaba en un principio, y pensó que si se hacía de noche no podría soportar volver a dormir en el suelo y al frío de la noche, así que volvió a pedir algo de ayuda, aunque sabía que cuanto más le ayudaban peor se le ponía eso de conseguir las alas...como vió que el cielo no tenía respuestas, se dirigió de nuevo a la moto y a su lado como por arte celestial había un paquete extraño, en el que encontró veinte "tarjetas celestiales" y una nota que decía:

<< estas tarjetas te servirán para solicitar algún tipo de ayuda celestial, no intentes usarlas con nadie salvo contigo, o se volverán en tu contra. Por supuesto no intentes volver Aquí Arriba con ellas, perderás el tiempo. Lotus te envía saludos.

P.D. Debes saber que Aquí Arriba hemos hecho apuestas, y casi todas te dan por perdedor, pero Yo sigo teniendo Fe en ti >>

Pensó que esta era en definitiva la oportunidad que tenía de demostrarle a todos y sobretodo al fanfarrón de Lotus que él podía perfectamente ganarse las alas y ser uno más, después de todo Él seguía teniendo fe....Cogió una de la tarjetas y deseo tener algo de dinero para ir tirando mientras estuviese en la Tierra, y a continuación se dirigió a un pequeño bar cerca de la casa Ruíz, allí comió algo, y preguntó al camarero si sabía de algún sitió donde pudiese dormir, el camarero le respondió que ha cinco minutos de allí estaba la pensión de Mamá Lola, donde se alquilaban habitaciones, y que de seguro la dueña seguiría por allí a pesar de estar anocheciendo.Le dió las gracias y se fue.
Estaba cansado y esperaba que en la pensión le dieran una buena cama, una como la que tenía Benjamín, un colchón enorme y sábanas limpias con olor a lavanda, le gustaba tanto la cama del niño, que a veces cuando éste se dormía en vez de apresurarse a subir Allí Arriba se quedaba rato oliendo la lavanda con la que lavaban las sábanas, lo inundaba todo, siempre había pensado que si el cielo tuviese un olor debía oler como aquella habitación.
Al llegar a la pensión lo recibió una señora de pequeña estatura de pelo y ojos grises, que a pesar de las arrugas de su rostro, transmitía una dulzura celestial, igual que Hena.
Hena era el ángel con el que mejor se llevaba Allí Arriba, siempre lo defendía, y aunque ya había conseguido sus alas hacía mucho tiempo, siempre lo animaba para que se esforzará en conseguir las suyas...era como un mejor amigo terrestre
Mamá Lola lo llevó a una habitación y le dijo que se acomodara que ya le pagaría al día siguiente en el desayuno, que se servía a las ocho de la mañana, Moses se lo agradeció, estaba exhausto, no entendía como un cuerpo humano tenía la necesidad de descansar tan a menudo.Cerró la puerta de cuarto y se tiró de lleno sobre el colchón, de pronto estaba durmiendo y un montón de imágenes se arremolinaban en su cabeza.

1 comentario:

  1. ¿y para cuando el capitulo 6?????
    Estoy de los nervios!!! Lo quiero yaaa!

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