martes, 17 de marzo de 2009

La vida de Moses (el ángel caído) cap. 3


Después de compartir algo de comida ya se sentía otra vez con fuerzas y decidió ponerse de nuevo en camino, eludiendo las advertencias que le habían hecho los vagabundos de que se quedará a pasar la noche...
Llevaba varios kilómetros andados cuando de pronto empezó a notar algo extraño en sus ojos, no podía creérselo era como si sus ojos tuviesen vida propia, no paraban de cerrarse como si fuesen muy pesados, y por más que intentaba no conseguía evadir aquella sensación de cansancio...pensó -a esto debían referirse los hombres del parque cuando me dijeron que era mejor quedarse a dormir-
Recordó que había visto a Benjamín con la misma sensación de sueño, y con los mismos ojos cansados en las clases del colegio, y entendió que era mejor echarse un rato a fin de que su cuerpo mortal descansase, ya cuando amaneciese retomaría la tarea que había venido a hacer.
Se sentía extraño cuando comenzó a amanecer, abrió los ojos y.... ¿que rayos era eso? oh! estupendo pensó,- después de tener que echarse sobre un suelo sucio y duro para que su cuerpo de humano pudiese descansar, y eso por así decirlo, pues le dolía hasta el último de los huesos, ahora Él decidía que un poco de lluvia le vendría bien....Se levantó gruñiendo y gritando al cielo: <> y en ese momento un pequeño rayo de sol salía en el horizonte para acompañarlo el resto de la mañana.

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